miércoles, 17 de agosto de 2016

Microorganismos eficientes: una revolución para salvar la Tierra

Desde Okinawa se promueve una tecnología que aplica microorganismos propios de la naturaleza, para mejorar la agricultura, la ganadería, la salud y recuperar suelos y aguas contaminadas. El principio fundamental es la mezcla, la coexistencia y la coprosperidad.


Los Microorganismos Eficientes (o Tecnología EM) son una combinación de microorganismos beneficiosos. Para tener una idea, pueden ser:
  • Bacterias fotosintéticas: producen su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas y de la luz, como las plantas 
  • Levaduras, como las que se usan para hacer el pan 
  • Bacterias de ácidos lácticos (por ejemplo las del yogur) 
  • Hongos 
  • Y otros microorganismos presentes en el ambiente donde se aplique. 

Esta tecnología fue desarrollada en los ’80 por el doctor en agronomía, Teruo Higa, de la Universidad de Ryukyus de Okinawa, quien en los ’90 fundó EM Research Organization (EMRO) para compartir y divulgar estos conocimientos por el mundo, sin fines de lucro.

El Dr Higa cuenta que trabajando con la agricultura convencional, notaba que los suelos perdían los nutrientes a pesar del uso de agroquímicos y que él mismo empezaba a sufrir alergias. A fines de los ’60 conoció el trabajo de un colega que utilizaba bacterias fotosintéticas y comprobó en un cultivo de mandarinas, que las frutas tratadas con esos microorganismos tenían más sabor y mayor concentración de vitamina C. Siguió probando con distintos tipos de microorganismos hasta que en los ’80 descubrió que el mayor potencial estaba no en un determinado microorganismo sino en varios que se complementaban.

El principio que motoriza la tecnología EM considera que en la naturaleza hay dos fuerzas dinámicas y opuestas: la regeneración (fuerza de la vida, vitalidad, productividad y salud) y la degeneración (dinámica de la destrucción, engendra crisis, decadencia, descomposición, enfermedad, muerte).

Sus aplicaciones son variadas
En la agricultura sirven para promover el crecimiento de las plantas y suprimir pestes que puedan afectarlas. En la ganadería, permiten disminuir los trastornos digestivos de los rumiantes, y en criaderos de pollos se aplica sobre las heces para eliminar moscas, malos olores y focos infecciosos.

En materia de remediación ambiental, los EM aceleran los procesos de descomposición de los residuos orgánicos, formando un compost llamado Bokashi, que devuelve nutrientes a suelos degradados. También se utilizan para purificar los pozos sépticos que tienen efluentes cloacales.

En la Argentina, quien difunde esta tecnología es el ingeniero Raúl Higa, desde Dean Funes en la provincia de Córdoba. Su uso ha servido para la gestión de residuos orgánicos en diferentes municipios y hasta se ha estudiado su aplicación para el complejo saneamiento del Riachuelo.

Actualmente, se investiga sus propiedades antioxidantes para la salud humana. El potencial de esta tecnología es grande porque los microorganismos no están manipulados genéticamente, porque la combinación incluye microorganismos propios del lugar donde se aplican y tienden a un equilibrio entre las fuerzas regenerativas y degenerativas (que son opuestas pero no excluyentes), un balance que siempre es positivo.

Ver también:
Portal oficial de la tecnología EM en América Latina
Manual práctico de uso de EM (Oisca Uruguay-BID)

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