A comparación de Japón, podemos decir que la sociedad argentina está de espaldas al mar. Lo podemos ver en el hábito de consumir poco pescado y frutos de mar (algo que se podría revertir con las recetas de Takehiro Ohno). Incluso si nos ponemos a dibujar un mapa de la Argentina, seguramente tendrá la forma de un triángulo, cuando en realidad tiene forma rectangular porque olvidamos incluir el Mar Argentino que casi duplica el territorio.
Japón es un conjunto de unas 6.000 islas entre las cuales el mar está presente y se refleja en distintas expresiones culturales. Por ejemplo, la famosa serie de pinturas de “La ola” de Hokusai que tiene detrás al Monte Fuji se ha convertido en un símbolo nacional. En el teatro japonés tradicional, hay maquillajes y vestuario de los personajes de los dioses que imitan los colores y patrones de los peces. Y quizá se puede resumir con el canto popular (en el video, arriba) que empieza diciendo "El mar es tan extenso, que la luna se levanta de allí y el sol se sumerge en él".
Desde el punto de vista económico, los mares y el océano Pacífico que rodean el territorio de Japón son propicios para la pesca, el cultivo de peces y otros frutos de mar, además del transporte marítimo hacia China, Corea, el Sudeste Asiático y América.
Desde el enfoque ecológico, los mares -como parte del ciclo natural del agua- regulan la temperatura y la humedad en las islas; por eso el gobierno de Japón trabaja en cuestiones del cambio climático global.
¿Cómo podemos cuidar el mar?
Desde Japón, tomamos estos consejos que atañen tanto a la acción individual como colectiva:
• Disponer la basura de forma adecuada: porque lo que se arroja a cielo abierto es arrastrado por el viento, las lluvias y los ríos hacia el mar, intoxicando a la fauna y contaminando la naturaleza.Para cerrar, la Argentina tiene una de las plataformas submarinas más extensas y ricas en minerales y en biodiversidad que también se podría aprovechar comercialmente de manera sustentable. Esperamos que estos consejos sirvan para implementar políticas públicas que valoren nuestro mar, determinando zonas donde se puedan realizar actividades económicas y zonas como reserva natural.
• Cuidar los bosques: Un grupo de científicos japoneses del programa “H2O” demostró que los bosques aportan hierro disuelto en el agua que, a través de los ríos, llega al mar. Esto representa un nutriente importante para el plancton que es el primer eslabón de la cadena alimenticia marina. Por ejemplo, en Kesennuma, un pueblo portuario en la prefectura de Miyagi, lleva una campaña de forestación como parte de la estrategia para revitalizar la actividad pesquera después del tsunami de 2011.
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